Resonancias vol. 20, n°38, enero-junio 2016, pp. 139-145 / Reseñas
Rodrigo Díaz, tiorba Alejandro Vera, guitarra barroca
Cristián Gutiérrez, guitarra barroca y dirección
Obras de Santiago de Murcia, Gaspar Sanz y anónimos de manuscritos coloniales de México, Guatemala y Perú.
Grabado en los Estudios Santuario Sónico, 2015
Ingeniero: Juan Pablo Quezada
Diseño: Agencia Frutta
Fotografías: Agencia Frutta
Producción general: La Pulsata
Proyecto auspiciado por el Consejo
Nacional de la Cultura y las Artes, 2015
La Pulsata es un trío formado recientemente y que reúne a tres expertos en la música antigua que se han dedicado en profundidad al estudio y la difusión de la música de los instrumentos pulsados del período barroco. Cada uno de ellos goza de gran prestigio en sus especialidades,siendo Cristián Gutiérrez y Rodrigo Díaz intérpretes muy celebrados, y Alejandro Vera unode los más connotados musicólogos de nuestro país, quien demuestra aquí que la teoría secomplementa muy bien con la práctica. Como académicos, ellos representan a cuatro de las más importantes universidades chilenas, Universidad de Chile, Universidad Católica, Universidad Alberto Hurtado y Universidad de Santiago de Chile.
Su objetivo principal es, como está expresado en el texto del disco, “darle una nueva lectura altrabajo de rescate y difusión de nuestro patrimonio musical latinoamericano”.
En esta grabación, La Pulsata, presenta piezas escritas por dos famosos compositores y guitarristas españoles de los siglos XVII y XVIII, Gaspar Sanz y Santiago de Murcia, junto a obras anónimas que provienen de manuscritos latinoamericanos de la época virreinal, formando una panorámica de la música para guitarra que fue conocida y tocada en la América colonial. Dentro de este repertorio conviven, entonces, piezas de raigambre popular con aquellas más sofisticadas de los salones aristocráticos. Prácticamente todo el repertorio de este disco está basado en danzas, casi todas ellas enriquecidas por variaciones, elementoesencial de la música barroca.
Si bien fueron originalmente escritas para la guitarra sola, era costumbre de la época, agregar instrumentos de acompañamiento. Es importante recordar que toda esta música fue concebida en una época marcada por la influencia del bajo continuo; es así que La Pulsata combina el repertorio de versiones originales para guitarra sola con arreglos para tiorba sola, para dos guitarras, guitarra y tiorba, y dos guitarras y tiorba, siendo esta última instrumentación la más empleada por este conjunto.
Las obras de Santiago de Murcia (1673-1739) provienen de dos fuentes que ya hemos comentado: el Códice Saldivar Nº4, y Cifras selectas de guitarra (1722). La primera, encontrada en Guanajuato en 1943 y adquirida por el prestigioso musicólogo y coleccionista Gabriel Saldívar; la segunda, hallada en una librería de Santiago de Chile (2003) por el musicólogo Alejandro Vera y perteneciente hoy a la Biblioteca de Humanides de la Pontificia Universidad Católica de Chile. De ambas fuentes se nutre La Pulsata para presentar en este disco, como inicio y final, las siguientes piezas: Gallardas, Los imposibles, Fandango, Folías españolas, Cumbé y Torneo. Todas ellas arregladas para dos guitarras barrocas y continuo (tiorba) que crean una sonoridad amplia y que parece llenar todo el espacio. En la pieza Los imposibles, el empleo de los rasgueados crea una atmósfera de fiesta. En el Cumbé, tal vez la pieza más emblemática de todo el repertorio de De Murcia, el arreglo para tres instrumentos desconcierta al comienzo, debido al ostinato con el que la tiorba inicia la obra, de una manera muy diferente a la versión original que parte con rasgueados alternados con golpe, tal como escribe el compositor en el Códice Saldivar Nº4. Sin embargo, en la medida que la música se va desarrollando, uno empieza a encontrar el sentido de esta nueva propuesta y termina celebrando una recreación muy cautivadora.
El otro compositor identificado con certeza es Gaspar Sanz (1640-c.1710), considerado el primer gran guitarrista español del siglo XVII. Solo una de las tres piezas de esta selección es tocada en su forma original, para guitarra sola, Pasacalles por la K2 (Si menor), en la cual Alejandro Vera se destaca con su ejecución pulcra y sensitiva. Marizápalos se beneficia con el sonido generoso y cálido de la tiorba de Rodrigo Díaz, mientras el Canario, de contagioso ritmo es recreada novedosamente por la guitarra de Cristián Gutiérrez y la tiorba de Díaz.
El Libro de Zifra (Perú c.1800) aporta algunas piezas breves que, aunque no son las más interesantes de este registro, atestiguan la presencia de las obras españolas en Latinoamérica: la Marcha de Nápoles es la misma que Juan Antonio de Vargas y Guzmán publicó en Cádiz en 1773, en su “Explicación de la guitarra” y el primero de los dos Minuetos de esta fuente peruana aparece, también, en el Códice Saldívar Nº4 con obras de Santiago de Murcia.
Dos piezas del manuscrito 1560 (siglo XVIII) de la Biblioteca Nacional de México, que contiene piezas para violín y guitarra, aportan unos Pasacalles anónimos de enorme belleza, aquí plasmadas en los sonidos de las dos guitarras y, además, una adaptación de las Folías de Arcangelo Corelli, que logra fascinar en la versión de los tres instrumentos de La Pulsata.
Tres piezas anónimas del Archivo Histórico Archidiocesano de Guatemala (siglo XVIII) sorprenden gratamente: La Dama por la D tocada en dos guitarras; la Sonata y Sesquiáltera, vertida por Cristián Gutiérrez en guitarra sola, haciendo gala de su brillante técnica que se luce en los pasajes de arpegios y campanelas; y una Sarabanda, cuya gravedad encuentra en la tiorba de Rodrigo Díaz su mejor expresión.
El manuscrito de Sebastián de Aguirre (c. 1700), que también es conocido como Códice Saldivar Nº2 es una fuente mexicana que aporta dos obras de gran interés, Pavanas por la D, cuya primera sección recuerda la famosísima Pavana del mismo tono de Gaspar Sanz, que aquí toca magistralmente Cristián Gutiérrez, y unas Jácaras, donde todo el conjunto logra una ejecución suelta y expresiva.
Este disco no solo ofrece un panorama –que era casi desconocido– de la música para guitarra que se tocó en la América virreinal, sino que además es un verdadero deleite.
El diseño gráfico, en blanco, diversos tonos de marrón y negro es sobrio y elegante.
Oscar Ohlsen
Profesor Titular (r)
Instituto de Música, Pontificia Universidad Católica de Chile
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