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Coro Madrigalista Universidad de Santiago realizará concierto en homenaje a Federico García Lorca a 80 años de su muerte
El repertorío recopila la Música Coral del Siglo XX, centrándose en la figura de García Lorca, célebre artista de cuyo legado y riqueza poético-musical se nutren importantes compositores de este siglo.
Coro Madrigalista Universidad de Santiago realizará concierto en homenaje a Federico García Lorca a 80 años de su muerte El repertorío recopila la Música Coral del Siglo XX, centrándose en la figura de García Lorca, célebre artista de cuyo legado [...]Rodrigo Díaz – Un bocconcino di fantasia. Piezas para tiorba. CD. Rodrigo Díaz, tiorba. Obras de Giovanni Girolamo Kapsberger, Alessandro Piccinini, Bellerofonte Castaldi y Robert de Visée. Grabación: Estudios Santuario Sónico. Ingeniero: Juan Pablo Quezada. Diseño y fotografía: Agencia Frutta. Santiago: Laserdisc Chile, 2014.
Rodrigo Díaz Riquelme es uno de los músicos chilenos más destacados en el ámbito del cultivo de la música renacentista y barroca. Guitarrista formado con el maestro Ernesto Quezada Bouey y director de coros formado con el maestro Guido Minoletti Scaramelli en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, su interés en este repertorio surgió en sus años de estudiante. Con el maestro Quezada, pionero de la enseñanza del laúd en Chile, descubrió y se especializó en cordófonos como el laúd y la guitarra barroca, interés que lo llevó a perfeccionarse en ese tipo de instrumentos en el Conservatorio Superior de Sevilla con el maestro Juan Carlos Rivera. Asimismo, ha volcado sus conocimientos, investigaciones e intuiciones al formar y dirigir agrupaciones musicales como el Coro Madrigalista de la Universidad de Santiago de Chile y el Conjunto de Música Antigua Les Carillons en la Universidad de Chile, así como al ejercer tareas académicas en instituciones como el Departamento de Música y Sonología de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, su alma mater.
En este CD Díaz nos presenta una selección de piezas para tiorba, instrumento llamativo por su apariencia física, algo así como un laúd gigante con dos mástiles y ocho cuerdas bajas o bordones sin trastear, pero también atractivo de escuchar y que en Italia existió en más de una variante, entre ellas el chitarrone. Uno de los responsables del surgimiento y difusión de la tiorba fue Alessandro Piccinini (Boloña, 1566-1638), músico nacido en una familia de laudistas vinculada con la corte de Ferrara. Díaz nos presenta de este compositor tres piezas de la Intavolatura di Liuto et Chitarrone, Libro Primo (Boloña, 1623), “Toccata VI”, “Chiaccona in partie variate” y “Romanesca in partie variate”, además de “Colascione” de Intavolature di chitarrone (ca. 1631). Otro compositor aquí representado es Giovanni Girolamo [Johan Hieronymus] Kapsberger (¿Venecia, ca.1600? – Roma, 1651), músico que estuvo varios años bajo el servicio del cardenal Barberini en Roma, con cuatro piezas extraídas de su Libro Cuarto d’Intavolatura di Chitarrone (1640), el autorretrato musical “Kapsberger”, la virtuosa “Canario”, la “Toccata prima” y la “Toccata X”, más la pieza “Toccata arpeggiata” de su Libro Primo d’Intavolatura di Chitarrone (1604).
El poeta y músico Bellerofonte Castaldi (Módena, 1580-1649) también es recordado con tres piezas, “Un bocconcino di fantasia” (que da el nombre al CD), “Aurora corrente” y “Arpesca gagliarda”, las tres de su colección Capricci a due stromenti (1622). Finalmente, del francés Robert de Visée (ca.1655-ca.1732), músico de la corte de Luis XIV, se presentan “Suite en Re Mayor” con cinco partes (Preludio, Allemande, Courante, Zarabande, Giga), “Chaconne”, “Musette en rondeau” y sus transcripciones “Les Silvayns” (original de François Couperin), “Entrée des Espagnols” y “Chaconne des Harlequins” (originales de la comedia-ballet Le bourgeois gentilhomme de Molière y Jean-Baptiste Lully), todas ellas conservadas en un manuscrito de 1698.
El oficio, compromiso y sensibilidad de Díaz nos permite disfrutar así de un repertorio poco conocido, que nos permite acceder a un tiempo-espacio muy diferente al nuestro, la Europa de los siglos XVI y XVII con sus alegrías y tragedias, evocadas con imágenes extraídas de El jardín de las delicias del Bosco, sutilmente plasmadas en la portada del CD bajo un rosetón, cuerdas y fragmentos de tablaturas.Una Europa donde al igual que en otros tiempos y lugares, la música ocupó un lugar importante para muchas personas. Fotografías que retratan a Díaz en la portada y contraportada del folleto del CD, con predominio de matices anaranjados, contribuyen a subrayar este juego de distancia y cercanía con el repertorio que se interpreta. Las notas musicológicas en el folleto, escritas por Alejandro Vera, nos entregan oportunos e interesantes datos acerca de los compositores y las piezas que se ejecutan. Como el mismo Vera señala al final de sus notas, sin duda este disco es un aporte para la difusión del conocimiento de este instrumento y su repertorio, así como un incentivo para profundizar en su estudio e interpretación.
Cristián Guerra Rojas
Departamento de Música y Sonología, Facultad de Artes, Universidad de Chile
Instituto de Música, Facultad de Artes, Pontificia Universidad Católica de Chile
cristianguerrar@gmail.com
Año LXX Santiago de Chile, Enero-Junio, 2016 Nº 225
Rodrigo Díaz – Un bocconcino di fantasia. Piezas para tiorba. CD. Rodrigo Díaz, tiorba. Obras de Giovanni Girolamo Kapsberger, Alessandro Piccinini, Bellerofonte Castaldi y Robert de Visée. Grabación: Estudios Santuario Sónico. Ingeniero: Juan Pablo Quezada. Diseño y fotografía: Agencia Frutta. [...]Un bocconcino di fantasia. Piezas para Tiorba
Rodrigo Díaz, tiorba
Obras de Johann Hieronymus Kapsberger, Robert de Visée, Alessandro Piccinini y Bellerofonte Castaldi.
Grabado en los Estudios Santuario Sónico, en enero de 2014
Ingeniero de sonido: Juan Pablo Quezada
Diseño y fotografías: Agencia Frutta
Producción general: Rodrigo Díaz
Colaboración: Universidad de Santiago de Chile
Rodrigo Díaz, músico formado en la cátedra de guitarra de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, bajo la guía del profesor Ernesto Quezada, encontró su camino en la música antigua. Ha obtenido importantes logros como director del celebrado conjunto Les Carillons y el Coro Madrigalista de la Universidad de Santiago. Realizó estudios especializados de tiorba en España, bajo la guía de Juan Carlos Rivera.
La tiorba, llamada originalmente chitarrone, en Italia, es una variante del laúd que surgió en los últimos años del siglo XVI y que llegó a ser un instrumento muy requerido para realizar el bajo continuo a partir del siguiente siglo. Su doble clavijero permitía una afinación mucho más grave que el laúd original. Aparte de su rol principal en la monodia acompañada, la tiorba también fue empleada, en el máximo de su potencial, como instrumento solístico por los compositores del siglo XVII que figuran en este disco, Giovanni Girolamo Kapsberger, Alessandro Piccinini, Bellerofonte Castaldi y Robert de Visée, quienes fueron, además, destacados laudistas y guitarristas.
Los músicos italianos ya citados nacieron en las últimas décadas del siglo XVI pero desarrollaron sus carreras y publicaron sus obras en la primera mitad de la centuria siguiente, adscritos a la nueva corriente musical conocida como “seconda pratica”. De Visée, en cambio, realizó su actividad en las décadas finales del siglo XVII y comienzos del XVIII, principalmente en la corte de Luis XIV, y su música corresponde totalmente a un barroco plenamente desarrollado, fuertemente influenciada por los grandes maestros Lully y Couperin. Buscando el contraste de estilos, estas obras italianas y francesas están presentadas alternadamente.
El disco se inicia con tres piezas de Kapsberger –conocido como “il tedesco de la tiorba”– de su cuarta publicación para chitarrone (1644): Kapsberger, una especie de autorretrato; un animado Canario, danza muy en boga en aquel tiempo; y la Toccata X, que pese a su brevedad contiene toda la variedad de secciones típicas de esta forma, en boga en los inicios del siglo XVII. La grabación continúa con una Suite en Re Mayor de Robert de Visée, contenida en el manuscrito del conde Vaudray de Saizenay (1698) y que incluye un Prelude como apertura de los cuatro movimientos básicos de la Suite barroca: Allemande, Courante, Sarabande y Gigue. Esta misma Suite figura entre sus obras de guitarra.
Las piezas de Piccinini que siguen en el programa provienen de dos fuentes, el primer libro de chitarrone (1621) y un manuscrito de c.1631. La primera es su Toccata VI que muestra elementos modernistas y los típicos contrastes entre sus micro-secciones, incluyendo pasajes ornamentales y de arpegios. La segunda pieza se titula Colascione, un trozo extravagante que pretende imitar la sonoridad del instrumento homónimo.
Reaparece Robert de Visée con tres formidables piezas que son temas con variaciones: Chaconne y Mussette en rondeau, cerrando el grupo una adaptación de una de las celebradas piezas para clavecín de François Couperin, Les Silvayns.
Dos Toccatas de Kapsberger vienen a continuación, la Toccata prima del cuarto libro ya señalado, de características similares a las otras del disco, y la Toccata arpeggiata, de su primer libro (1604), que constituye una absoluta novedad para su tiempo, y que recorre casi todo el diapasón del instrumento, produciendo distintos colores y disonancias que van surgiendo como ondas a través de una fórmula perpetua de arpegios. Sin duda, el teórico Athanasius Kircher tuvo en mente este tipo de obras cuando se refiere al “stylus fantasticus” en su libro Musurgia Universalis.
Piccinini aparece nuevamente con dos piezas: Chiaconna in partie variate y Romanesca in partie variate, mostrándonos otros valiosos ejemplos del tratamiento de la forma tema con variaciones, que, evidentemente, nació del hábito improvisatorio de los intérpretes de esta época.
Castaldi publicó en 1622 sus Capricci a due stromenti, específicamente destinados a ser tocados por dos tiorbas, una normal y otra más pequeña, un “tiorbino” de su propia invención, según él mismo afirma. Algunos de los solos de esta colección están presentados aquí: Aurora corrente, un aire de danza de carácter sereno y delicado; Un bocconcino di fantasia, que da el título a este CD y que es un “bocadito” contrapuntístico, cuyas imitaciones lo hacen más cercano al viejo estilo renacentista; y la más novedosa Arpesca galliarda, cuyo nombre alude al empleo de pasajes de escalas en cuerdas alternadas que producen un efecto arpeado, lo que en décadas posteriores los guitarristas llamarían “campanelas”, como ya hemos anticipado.
El registro finaliza con otros arreglos de Robert de Visée, esta vez de dos imponentes interludios instrumentales de la ópera de Lully Le bourgois gentilhomme: Entrée des Espagnols y Chaconne des Harlequins.
Rodrigo Díaz toca en una tiorba de cuerdas simples, que es la modalidad más empleada desde que el instrumento reapareciera en la escena musical, en la segunda mitad del siglo XX. A lo largo de la grabación se puede apreciar su cabal entendimiento de las obras y de los distintos “afectos” que ellas quieren expresar. Su dominio técnico permite que la música fluya a través de una ejecución sólida y de gran presencia .
El ingeniero de sonido, Juan Pablo Quezada logra captar a la perfección la sonoridad del instrumento, que se proyecta con nitidez y pureza.
Tanto las fotografías que muestran al intérprete como los diseños artísticos que adornan la gráfica del disco han sido plasmados en colores donde prevalecen diversas intensidades de naranja y marrón. Habría sido deseable que el listado del repertorio, tanto en la contratapa como al interior del librillo hubiese tenido más contraste ya que el color naranja de las letras sobre un fondo sepia obliga a un esfuerzo en su lectura. Pese a este detalle, es un disco de excelente factura y al cual le auguro el éxito que merece.
Un bocconcino di fantasia. Piezas para Tiorba Rodrigo Díaz, tiorba Obras de Johann Hieronymus Kapsberger, Robert de Visée, Alessandro Piccinini y Bellerofonte Castaldi. Grabado en los Estudios Santuario Sónico, en enero de 2014 Ingeniero de sonido: Juan Pablo Quezada Diseño [...]
Resonancias vol. 20, n°38, enero-junio 2016, pp. 139-145 / Reseñas
Rodrigo Díaz, tiorba Alejandro Vera, guitarra barroca
Cristián Gutiérrez, guitarra barroca y dirección
Obras de Santiago de Murcia, Gaspar Sanz y anónimos de manuscritos coloniales de México, Guatemala y Perú.
Grabado en los Estudios Santuario Sónico, 2015
Ingeniero: Juan Pablo Quezada
Diseño: Agencia Frutta
Fotografías: Agencia Frutta
Producción general: La Pulsata
Proyecto auspiciado por el Consejo
Nacional de la Cultura y las Artes, 2015
La Pulsata es un trío formado recientemente y que reúne a tres expertos en la música antigua que se han dedicado en profundidad al estudio y la difusión de la música de los instrumentos pulsados del período barroco. Cada uno de ellos goza de gran prestigio en sus especialidades,siendo Cristián Gutiérrez y Rodrigo Díaz intérpretes muy celebrados, y Alejandro Vera unode los más connotados musicólogos de nuestro país, quien demuestra aquí que la teoría secomplementa muy bien con la práctica. Como académicos, ellos representan a cuatro de las más importantes universidades chilenas, Universidad de Chile, Universidad Católica, Universidad Alberto Hurtado y Universidad de Santiago de Chile.
Su objetivo principal es, como está expresado en el texto del disco, “darle una nueva lectura altrabajo de rescate y difusión de nuestro patrimonio musical latinoamericano”.
En esta grabación, La Pulsata, presenta piezas escritas por dos famosos compositores y guitarristas españoles de los siglos XVII y XVIII, Gaspar Sanz y Santiago de Murcia, junto a obras anónimas que provienen de manuscritos latinoamericanos de la época virreinal, formando una panorámica de la música para guitarra que fue conocida y tocada en la América colonial. Dentro de este repertorio conviven, entonces, piezas de raigambre popular con aquellas más sofisticadas de los salones aristocráticos. Prácticamente todo el repertorio de este disco está basado en danzas, casi todas ellas enriquecidas por variaciones, elementoesencial de la música barroca.
Si bien fueron originalmente escritas para la guitarra sola, era costumbre de la época, agregar instrumentos de acompañamiento. Es importante recordar que toda esta música fue concebida en una época marcada por la influencia del bajo continuo; es así que La Pulsata combina el repertorio de versiones originales para guitarra sola con arreglos para tiorba sola, para dos guitarras, guitarra y tiorba, y dos guitarras y tiorba, siendo esta última instrumentación la más empleada por este conjunto.
Las obras de Santiago de Murcia (1673-1739) provienen de dos fuentes que ya hemos comentado: el Códice Saldivar Nº4, y Cifras selectas de guitarra (1722). La primera, encontrada en Guanajuato en 1943 y adquirida por el prestigioso musicólogo y coleccionista Gabriel Saldívar; la segunda, hallada en una librería de Santiago de Chile (2003) por el musicólogo Alejandro Vera y perteneciente hoy a la Biblioteca de Humanides de la Pontificia Universidad Católica de Chile. De ambas fuentes se nutre La Pulsata para presentar en este disco, como inicio y final, las siguientes piezas: Gallardas, Los imposibles, Fandango, Folías españolas, Cumbé y Torneo. Todas ellas arregladas para dos guitarras barrocas y continuo (tiorba) que crean una sonoridad amplia y que parece llenar todo el espacio. En la pieza Los imposibles, el empleo de los rasgueados crea una atmósfera de fiesta. En el Cumbé, tal vez la pieza más emblemática de todo el repertorio de De Murcia, el arreglo para tres instrumentos desconcierta al comienzo, debido al ostinato con el que la tiorba inicia la obra, de una manera muy diferente a la versión original que parte con rasgueados alternados con golpe, tal como escribe el compositor en el Códice Saldivar Nº4. Sin embargo, en la medida que la música se va desarrollando, uno empieza a encontrar el sentido de esta nueva propuesta y termina celebrando una recreación muy cautivadora.
El otro compositor identificado con certeza es Gaspar Sanz (1640-c.1710), considerado el primer gran guitarrista español del siglo XVII. Solo una de las tres piezas de esta selección es tocada en su forma original, para guitarra sola, Pasacalles por la K2 (Si menor), en la cual Alejandro Vera se destaca con su ejecución pulcra y sensitiva. Marizápalos se beneficia con el sonido generoso y cálido de la tiorba de Rodrigo Díaz, mientras el Canario, de contagioso ritmo es recreada novedosamente por la guitarra de Cristián Gutiérrez y la tiorba de Díaz.
El Libro de Zifra (Perú c.1800) aporta algunas piezas breves que, aunque no son las más interesantes de este registro, atestiguan la presencia de las obras españolas en Latinoamérica: la Marcha de Nápoles es la misma que Juan Antonio de Vargas y Guzmán publicó en Cádiz en 1773, en su “Explicación de la guitarra” y el primero de los dos Minuetos de esta fuente peruana aparece, también, en el Códice Saldívar Nº4 con obras de Santiago de Murcia.
Dos piezas del manuscrito 1560 (siglo XVIII) de la Biblioteca Nacional de México, que contiene piezas para violín y guitarra, aportan unos Pasacalles anónimos de enorme belleza, aquí plasmadas en los sonidos de las dos guitarras y, además, una adaptación de las Folías de Arcangelo Corelli, que logra fascinar en la versión de los tres instrumentos de La Pulsata.
Tres piezas anónimas del Archivo Histórico Archidiocesano de Guatemala (siglo XVIII) sorprenden gratamente: La Dama por la D tocada en dos guitarras; la Sonata y Sesquiáltera, vertida por Cristián Gutiérrez en guitarra sola, haciendo gala de su brillante técnica que se luce en los pasajes de arpegios y campanelas; y una Sarabanda, cuya gravedad encuentra en la tiorba de Rodrigo Díaz su mejor expresión.
El manuscrito de Sebastián de Aguirre (c. 1700), que también es conocido como Códice Saldivar Nº2 es una fuente mexicana que aporta dos obras de gran interés, Pavanas por la D, cuya primera sección recuerda la famosísima Pavana del mismo tono de Gaspar Sanz, que aquí toca magistralmente Cristián Gutiérrez, y unas Jácaras, donde todo el conjunto logra una ejecución suelta y expresiva.
Este disco no solo ofrece un panorama –que era casi desconocido– de la música para guitarra que se tocó en la América virreinal, sino que además es un verdadero deleite.
El diseño gráfico, en blanco, diversos tonos de marrón y negro es sobrio y elegante.
Oscar Ohlsen
Profesor Titular (r)
Instituto de Música, Pontificia Universidad Católica de Chile
Resonancias vol. 20, n°38, enero-junio 2016, pp. 139-145 / Reseñas Rodrigo Díaz, tiorba Alejandro Vera, guitarra barroca Cristián Gutiérrez, guitarra barroca y dirección Obras de Santiago de Murcia, Gaspar Sanz y anónimos de manuscritos coloniales de México, Guatemala y Perú. [...]Les carillons . Obras de Vásquez, Valderrábano, De Cabezón, Mudarra, Flecha, Ortiz, Blasco, Bassano, Bondioli, Rossi y Cerutti y anónimos de los cancioneros de Upsala, Medinacelli y del archivo de Chiquitos. Grabación de la Radio Universidad de Chile. Duración: 55 minutos 19 segundos.
La música antigua se abre paso discretamente en las programaciones culturales; lo que en un principio definía a un sector muy restringido, concerniente a consumados especialistas, hoy vemos la apertura que se ha ido produciendo: el aficionado medio siente curiosidad por dicha época y responde cada vez más a las diversas convocatorias.
He aquí la grabación de un conjunto de música antigua que ha visitado nuestra provincia en varias ocasiones: Les carillons. De su compromiso con el arte universal así como de la exquisitez interpretativa suya sobran muestras en este disco que compendia el Renacimiento y el Barroco de España, Hispanoamérica e Italia. Y lo hace de forma muy amena: alternando piezas vocales e instrumentales, vivas y lentas el oyente viaja al pasado que contribuyó a la felicidad de innumerables generaciones. Los lenguajes más representativos de cada época se reflejan aquí con un estilo a medio camino de lo académico y lo diletante. En ocasiones se agrega percusión a composiciones que valen de pórtico a alguna celebridad.
La cantante posee una voz hermosa más en la línea renacentista que barroca; saca bastante partido al timbre y al texto dialogando con frases de los instrumentos melódicos. Por su lado, el flautista combina los modelos soprano, contralto y tenor moldeando una sensibilidad austera que resulta inconfundible en la corriente del Historicismo. Además, tiene aquí el oyente la oportunidad de escuchar el bajón, la denominación arcaica del moderno fagot. El resto del corpus instrumental enriquece a la armonía con versiones muy gustosas, ornamentando siempre según la conveniencia de la obra.
Dos pistas recomendables son el Con qué la lavaré, en una versión plácida con discurso bien timbrado, y La bella più bella, canción deliciosa donde el colorido y la expresividad llevan a la música a su cumbre. Composiciones instrumentales sirven de ambientación a épocas y hechos donde se palpa el señorío y la melancolía. Y en este disco aparecen joyas del Barroco: un anónimo guaraní donde se oye ese regusto de la música tradicional, y la cantada A la Purísima Concepción de Ceruti, síntesis genial de las mejores ocurrencias del aria italiana entonadas en lengua española.
Con el patrocinio de entidades culturales chilenas Les carillons está integrado por Nora Miranda, José Acevedo, Franco Bonino, Cristián Guitiérrez, Pablo Ulloa y Rodrigo Díaz. Son fieles colaboradores en festivales y encuentros de música antigua en Chile y han participado con artistas de talla internacional, como Manfredo Zimmermann, Hopkinson Smith y Alberto Grazzi.
Les carillons . Obras de Vásquez, Valderrábano, De Cabezón, Mudarra, Flecha, Ortiz, Blasco, Bassano, Bondioli, Rossi y Cerutti y anónimos de los cancioneros de Upsala, Medinacelli y del archivo de Chiquitos. Grabación de la Radio Universidad de Chile. Duración: 55 [...]Jaime Donoso A.
El Bicentenario ha producido una avalancha de iniciativas, unas oportunas y otras tardías, unas felices y otras no tanto, donde pareciera que nadie quisiera perderse algún grado de protagonismo en los festejos. El concierto de música catedralicia y colonial realizado el lunes pasado en la Catedral Metropolitana, con el auspicio de la Fundación Acoger del Arzobispado de Santiago, pertenece a la categoría de iniciativa oportuna y feliz.
La musicología y la interpretación musical no siempre caminan en armonía, pero en este concierto se dieron la mano para producir un programa de gran calidad. La exhaustiva investigación llevada a cabo durante cinco años por dos prestigiosos musicólogos, Alejandro Vera, de la Universidad Católica, y Victor Rondón, de la Universidad de Chile, hizo que archivos polvorientos y olvidados de la Catedral se transfiguraran en una representación vívida de la música que contenían y que resonó por siglos en ese templo. No es menor el hecho de que ambos investigadores participaran como intérpretes, demostrando así una aproximación real entre ciencia musicológica y materia sonora.
La muestra fue sabiamente variada y las doce obras programadas desfilaron sin que el interés decayera. La primera obra, a la Virgen, con el precioso nombre “Todo el mundo en general”, se cantó en procesión desde la entrada del templo y luego el coro unió sus voces al conjunto instrumental, dando inicio a un abigarrado abanico de estilos, géneros y colores, donde convivieron la guitarra barroca, el órgano, el villancico y la ópera, para culminar en el Salmo Dixit Dominus . Destacó el hermoso villancico “Amados pastores”, de José de Campderrós (1742), barcelonés afincado en Chile y maestro de capilla de la Catedral. El Conjunto de Música Antigua Les Carillons e invitados realizaron una excelente labor bajo la experta conducción de Rodrigo Díaz.
El concierto nos trasladó a un mundo pasado en que la música ornó las ceremonias sacras y cívicas que el espacio catedralicio albergó a lo largo de nuestra historia. Un CD y un libro quedarán como registro de una estupenda iniciativa.
Jaime Donoso A. El Bicentenario ha producido una avalancha de iniciativas, unas oportunas y otras tardías, unas felices y otras no tanto, donde pareciera que nadie quisiera perderse algún grado de protagonismo en los festejos. El concierto de música catedralicia [...]Fiesta Barroca. Les Carillons
Les Carillons, conjunto de música antigua de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile fundado en 2000, vuelve en su segundo disco a trazar puentes entre diversos siglos y continentes. Fiesta barroca presenta un programa integrado por obras de los siglos XVII y XVIII, provenientes tanto de territorios europeos bajo dominio del Imperio Español como de colonias sudamericanas.
Ese amplio marco, que incluso es transgredido a propósito por los intérpretes para incluir obras del virtuoso laudista veneciano Giovanni Girolamo Kapsberger (c.1580 – 1685), permite ofrecer una gran variedad de creaciones: aquí hay lugar para danzas, villancicos y sufrientes tonos humanos, atractivamente dispuestos entre páginas vocales e instrumentales.
El sonido de Les Carillons está basado en la tiorba (instrumento musical de la familia del laúd) del director Rodrigo Díaz y la guitarra barroca de Cristián Gutiérrez. Sobre ese sustento, reforzado por el bajón (antecedente histórico del fagot) de Franco Bonino, se desenvuelven las flautas dulces de José Acevedo y el canto de Nora Miranda.
“Vuestros ojos tienen”, canción española de autor anónimo incluida en la famosa colección A musicall banquet (1610) publicada por Robert Dowland (hijo de John, el destacado compositor isabelino), es el vibrante inicio del disco. En ella la soprano Nora Miranda anticipa un caudal expresivo que se desata en los efectos imitativos de “Un juguetico de fuego”, anónimo del siglo XVIII custodiado en el Archivo San Antonio Abad de El Cuzco (Perú) y transcrito por el musicólogo chileno Samuel Claro. Otro punto alto en el apartado vocal lo constituye la versión del tono humano “Ojos, pues me desdeñáis”, compuesto por el turbulento músico español José Marín (1618 – 1699). Un nuevo salto a América recoge los “Versos a la Fiesta de San Francisco Xavier” (s. XVIII), guardados en el Archivo Musical San Ignacio de Moxos, Bolivia. La obra, cantada en la lengua de los indígenas moxeños, es un ejemplo de la producción artística en las misiones jesuitas de la Colonia y al ser la única grabada en vivo –durante una actuación del grupo en el V Festival “Misiones de Chiquitos”– se reviste de una atmósfera sobrecogedora.
En las páginas instrumentales, los músicos responden con la misma solvencia que cuando actúan como acompañantes y la selección del repertorio les permite ir alternando protagonismo. Si en el “Pasacalle” del napolitano Andrea Falconiero (1585 – 1656) se lucen las flautas, en “Fantasie per fagotto solo” de Bartolomé de Selma y Salaverde (1580 – 1638) brilla el bajón. Si en “Toccata arpeggiata” y “Canario”, obras del ya mencionado Kapsberger, descuella la tiorba; en las “Jácaras” de Antonio Santa Cruz (s. XVIII) sobresale la guitarra barroca. En la variedad está el gusto.
Los magníficos resultados de Fiesta barroca, en el que por cierto también destaca la equilibrada grabación, invitan a esperar un nuevo disco de Les Carillons. Y el trabajo serio e inspirado del conjunto de seguro responderá afirmativamente a esa esperanza.
Pablo Arce
Les Carrillons “Fiesta barroca” (2006, Universidad de Chile).
Fuente: Emol.com – http://www.emol.com/noticias/magazine/2007/08/17/272087/fiesta-barroca.html
Fiesta Barroca. Les Carillons Les Carillons, conjunto de música antigua de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile fundado en 2000, vuelve en su segundo disco a trazar puentes entre diversos siglos y continentes. Fiesta barroca presenta un [...]